Noche de caos en Bogotá con ataque a CAI de Policía; comunidad internacional pide respetar la protesta pacífica.
El Centro de Atención Inmediata (CAI) de la Policía de La Aurora, en Bogotá, fue incinerado la víspera de la manifestación convocada por sindicatos, sectores sociales e indígenas.
Una turba incendió el martes 4 de mayo del 2021 una estación de la Policía en Bogotá en la que había entre 10 y 15 agentes adentro que lograron escapar de las llamas, mientras que al menos otros 15 puestos de esa institución fueron blanco de un ataque de vándalos y hubo enfrentamientos entre la fuerza pública y manifestantes que denuncian excesos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) en una nueva noche de caos. «Las 22 comisiones de derechos humanos que activamos han estado previniendo y protegiendo abusos a los ciudadanos, pero la escalada violenta de esta noche es brutal», dijo la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en Twitter.
Según López, a 15 policías «trataron de quemarlos vivos» en el Comando de Atención Inmediata (CAI) del barrio La Aurora, en el sur de la capital colombiana, y añadió que otros 15 de esos puestos fueron «vandalizados» y hay «policías abaleados» y «heridos con arma blanca». La asonada en Bogotá se produce en vísperas de una nueva jornada de protestas convocada para este miércoles 5 de mayo por sindicatos y organizaciones sociales contra al política económica del Gobierno de Iván Duque, en el marco del paro nacional que comenzó el pasado 28 de abril y que hasta el 4 de mayo ha dejado, según la Defensoría del Pueblo, 19 muertos, una cifra que organizaciones sociales como la Temblores elevan a 31 víctimas mortales por la represión de las fuerzas de seguridad. Igualmente el organismo denunció que en las protestas han desaparecido al menos 89 personas, de las cuales apenas dos han sido encontradas. Presidente Iván Duque habla de criminales organizados «Bogotá sufre esta noche (la del martes) el ataque de criminales organizados que están siendo enfrentados por nuestra fuerza pública. Rechazamos enfáticamente estos atentados contra integrantes de la Policía», manifestó a la medianoche el presidente colombiano, Iván Duque. La alcaldesa Claudia López pidió al ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, que la fuerza pública «ayude a custodiar» los centros de detención de la Policía, donde hay 2 825 personas detenidas, para «evitar que pongan en riesgo la vida de los privados de la libertad». «Solo los gestores de convivencia, mediadores de diálogo, comisiones de derechos humanos y Policía metropolitana seguirán a cargo de la seguridad y convivencia en las calles y barrios de la ciudad. En ningún caso hemos solicitado ni habrá militarización de la ciudad», precisó López. La comunidad internacional condena el exceso de la fuerza La comunidad internacional puso el martes el foco de atención sobre Colombia y condenó el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía durante las manifestaciones de protesta. La Organización de Naciones Unidas (ONU) recalcó la importancia de que el Gobierno de Colombia garantice la protesta social y permita las marchas pacíficas, después de que delegados del organismo denunciaran la actuación de la fuerza pública en la ciudad de Cali (suroeste). «Lo que es primordial es que el Gobierno permita a la gente expresarse de forma pacífica y manifestarse pacíficamente. Esos son derechos básicos y esa es nuestra postura», dijo Stéphane Dujarric, el portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres. El pronunciamiento del organismo se produjo después de que miembros de la Misión de la ONU destacados en Cali denunciaran haber sido «testigos del uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía», en disturbios registrados la noche del lunes en esa ciudad, capital del departamento de Valle del Cauca. Las fuerzas de seguridad «utilizaron munición real, golpearon a manifestantes y hubo detenciones, en el contexto de una situación tensa y volátil en la que algunos participantes en las protestas también han sido violentos», afirmó Marta Hurtado, portavoz de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Poco antes del pronunciamiento de la ONU en Nueva York, desde la sede del organismo en Ginebra ya se había dado una voz de alerta sobre la situación en el país suramericano por el accionar de las fuerzas de seguridad.
Piden calma para la jornada del miércoles 5 La Oficina de Derechos Humanos de la ONU hizo un llamado a la calma de cara a las movilizaciones convocadas para este miércoles por parte de las centrales obreras y organizaciones sociales e indígenas. «Ante la situación extremadamente tensa, con soldados y policías desplegados, pedimos calma y recordamos a las autoridades su responsabilidad de proteger los derechos humanos», subrayó Hurtado. La representante en Colombia de la oficina de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Juliette de Rivero, denunció que los integrantes de esa misión internacional han sido testigos y de hostigamientos contra miembros de organismos defensores de DD.HH. «Mientras dábamos seguimiento a situación de DD.HH. (en) Cali no hubo disparos directos contra equipo ONU Derechos Humanos. Sin embargo, otros miembros de la comisión recibieron amenazas y agresiones, así como disparos por parte de la Policía, sin que nadie resultara impactado», escribió De Rivero en Twitter. Unión Europea pide respetar derechos de protestantes Desde Bruselas, la Unión Europea (UE) también se pronunció para pedir que los derechos humanos de quienes participan en las protestas deben ser respetados por las autoridades colombianas. «La UE condena los actos de violencia, que apuntan contra los derechos legítimos a manifestarse, a la libertad de reunión y de expresión. Es muy importante que se respeten estos derechos», dijo el portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano, quien expresó «confianza» en que las instituciones del país investiguen y encarcelen «a los responsables de cualquier abuso y violación de los derechos humanos». EE.UU., con ‘profunda tristeza’ El Gobierno de Estados Unidos mostró su «profunda tristeza» por los hechos de violencia y manifestó su «apoyo» al Gobierno del presidente Iván Duque para que solucione la situación mediante el «diálogo». «En todos los países del mundo los ciudadanos tienen el derecho a protestar de manera pacífica», expresó la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter, quien no obstante se mostró en contra del vandalismo, que también se ha presentado en las protestas. Más contundente fue el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el demócrata Gregory Meeks, quien instó a Duque «a rebajar la violencia y dejar claro que el uso excesivo de la fuerza es inexcusable». OEA pide castigar a los responsables La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA) condenó el uso desproporcionado de la fuerza para reprimir la protesta social y pidió a las autoridades colombianas que castiguen a los responsables de dicha conducta. «La MAPP/OEA viene adelantando labores de monitoreo a las movilizaciones en Cali y otras zonas del país, y se pone a disposición del Estado y de las organizaciones convocantes para generar puentes de entendimiento, que permitan poner fin a la crisis que ha cobrado la vida de colombianos y colombianas», manifestó la misión internacional. Amnistía Internacional (AI) se sumó a las voces y pidió al Gobierno colombiano «poner fin a la represión de las manifestaciones» y cesar «la militarización de las ciudades», implementada bajo la figura de «asistencia militar». La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunciaron que los medios de prensa han sido víctimas de 70 ataques durante las violentas protestas en Colombia y hay un riesgo inminente de autocensura de quienes las cubren por el excesivo uso de la fuerza policial.
Incendio en estación policial en Bogotá Según las autoridades, el Centro de Atención Inmediata (CAI) de la Policía en el barrio La Aurora, en el sur de Bogotá, fue incinerado la noche del martes 4 de mayo cuando había agentes dentro, de los cuales cinco resultaron heridos. «Pronta recuperación a nuestros policías. Gracias a la comunidad que se interpuso para que no resultaran incinerados dentro de las instalaciones del CAI Aurora por parte de los inadaptados sociales», expresó el comandante de la Policía de Bogotá, general Óscar Antonio Gómez. El secretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, aseguró que han sido «vandalizados» 16 CAI en Bogotá, incluido el de La Aurora. «A esta hora hay una escalada de violencia en la ciudad, aquí en Biblioteca Tintal acaban de incinerar un bus del SITP (Sistema Integrado de Transporte Público) y en otros puntos de la ciudad», agregó el funcionario, que está en el sur de Bogotá atendiendo la situación. Denuncian excesos de policías antidisturbios en BogotáLos enfrentamientos entre los uniformados y la Policía en Bogotá comenzaron en la tarde del martes 4 de mayo en varios sectores del sur de la ciudad y se fueron replicando a otras zonas donde en la noche organizaciones sociales han denunciado excesos del Esmad. Una de las situaciones más difíciles se vivió en el Portal Américas, en el oeste de la ciudad, donde los enfrentamientos se han prolongado por horas, con al menos tres heridos y un autobús en llamas. Igualmente hubo disturbios en el barrio Castilla, donde los manifestantes fueron reprimidos por el Esmad y también fue atacado el CAI. En otras ciudades como Cali (suroeste), donde ha muerto un número indeterminado de personas durante las protestas, continuaron los enfrentamientos pese a que en la víspera fallecieron cinco personas y 33 más resultaron heridas, según la Alcaldía. Cacerolazos y velatones contra la represión y violencia Aunque la violencia ha sido la constante de las manifestaciones, hoy el sonido de los cacerolazos retumbó en Bogotá y hubo velatones pacíficas en decenas de lugares donde se reunieron manifestantes para rechazar la represión policial y la violencia que desangra a Colombia.
Incluso a las protestas del martes 4 de mayo en la capital se sumaron frailes dominicos que marcharon por las calles de la ciudad con una bandera de Bogotá y un cartel que decía «Ámense los unos a los otros».